Cuando Plinio el Viejo fue a España como procurador de Vespasiano, recogió la palabra hispánica prerromana arrugia 'galería de mina' y su forma masculina, con el significado que le damos hoy a arroyo, como referencia a las corrientes de agua que circulan por esas galerías.
En algunos países sudamericanos, arroyo es un río navegable de corta extensión.
Probablemente emparentada con el portugués sarja 'curso de aguas servidas' y con sarjeta, que, al igual que el arroyo español, en portugués designa también la parte de la calle por donde corre el agua y, en sentido figurado, el lugar de la gente que vive en la calle. Como ejemplo de este último significado, recordemos el nombre en castellano de la película El estigma del arroyo (1956), basada en la vida del boxeador Rocky Graziano, que en portugués se llamó Marcado pela sarjeta.
|