Es la disciplina que se ocupa de la “administración eficaz y razonable de los bienes”, pero el significado de economía se extiende también al “conjunto de bienes y actividades que integran la riqueza de una colectividad o un individuo” y al “estudio de los métodos más eficaces para satisfacer las necesidades humanas materiales, mediante el empleo de bienes escasos”. Se oye decir con frecuencia que los mejores economistas no son los que egresan de las grandes universidades, sino las amas de casa, que administran cuidadosamente cada centavo para mantener el delicado equilibrio del presupuesto familiar. Tal afirmación encuentra apoyo en la etimología, la disciplina que estudia el origen de las palabras. En efecto, economía viene del griego oikonomiá, que, precisamente, primero significaba ‘ama de casa’ y, más tarde, ‘administrador’. El vocablo griego estaba formado por oikos ‘casa’ (usado aquí en el sentido de patrimonio) y némein ‘administrar’. Los primeros economistas se llamaron, en realidad, ecónomos. Y eran los sacerdotes que se encargaban de la administración de los bienes de una diócesis o de una congregación religiosa, apelativo que se mantiene hasta el presente. La voz economía adquirió un significado más amplio a partir del siglo XVII, con el desarrollo del naciente capitalismo y el crecimiento del comercio internacional, que llevaron a extender su significado para designar también la administración de los recursos de una nación (economía política), sentido que conserva hasta hoy. Muchos son los ideólogos de las primeras doctrinas de la moderna economía política, pero entre ellos cabe destacar a Adam Smith y David Ricardo en el siglo XVIII, John Stuart Mill y Carlos Marx en el siglo XIX, y John Maynard Keynes en la primera mitad del siglo XX.
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