Cabello crecido, que cae hacia los lados el rostro o sobre los ojos, como asimismo el que cae hacia atrás, sobre los hombros. El Diccionario de la lengua española incluye asimismo un significado más antiguo: ‘almohadilla o piel que se pone a los bueyes bajo el yugo’.
Corominas (1980) cree que este último ―del árabe hispánico muláyyina, y este del árabe clásico mulayyinah ‘amortiguador’― es el significado primitivo, del cual se deriva el de ‘cabello’.
De hecho, esta última acepción es más reciente; no aparece aún en Nebrija (1495), ni en Percivale (1591). Covarrubias (1611) todavía define melena como ‘cierta piel blanda que le ponen al buey en la frente, debajo del yugo’. El autor del Tesoro de la lengua castellana o española, admite la hipótesis de que pueda provenir del griego μέλαινα (mélaina) ‘negro’, suponiendo que se tratara de una piel negra o ennegrecida.
Sin embargo, en el Quijote (cap. XXXI), ya aparece la expresión tomar por la melena, que se puede interpretar como ‘asir por los cabellos’ en el mismo sentido de “la ocasión la pintan calva”.
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