En la entrada de cada casa romana había un pequeño altar en homenaje a Vesta, la diosa que protegía el hogar y el fuego doméstico. Vesta era una de las diosas más arcaicas, es decir, de origen etrusco y no indoeuropeo, y su culto era presidido por el Sumo Pontífice (pontifex máximum) (v. pontífice*), asistido por las vírgenes vestales. El lugar donde se veneraba a la diosa en la entrada de la casa se llamó vestibulum en su homenaje. Vestíbulo aparece por primera vez en español, en Fernández de Villegas (1515): ‘en vestíbulo, que quiere decir portal’, pero sólo fue incluida en el Diccionario de la Academia Española en 1817.
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