Con frecuencia oímos decir «Fulano es un artista», no como elogio a las dotes histriónicas de la persona, sino para señalar que es un fingidor, un hipócrita. La hipocresía es un arte, al menos etimológicamente: la palabra se deriva del griego tardío hypokrisía (hypokrisis en griego clásico), que era, precisamente, el ‘arte de desempeñar un papel teatral’. En Suetonio, un hypocrités es el que imita a otro personaje en la comedia, un comediante, pero también un histrión y hasta un tonto. En los escritores cristianos de la Edad Media, se cristaliza el sentido de la falsedad de la interpretación teatral del hipócrita, que se convierte en alguien que finge sentimientos opuestos a los que realmente experimenta, con el objetivo de engañar a alguien.
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