Colgar el sambenito se usa en español con el sentido de señalar a alguien como culpable de una falta que no cometió, pero pocos conocen el origen de esta expresión. Hay quien afirma que se habría originado en el saco bendito, un abrigo de lana con que se arropaba a las víctimas de la Inquisición que confesaban sus faltas y se declaraban arrepentidas. Según esta tesis, que aparece ya en Covarrubias (1611) y es respaldada por la Real Academia, saco bendito habría pasado a san bendito y luego a sambenito. Venía vestido con una sobrepelliz blanca, que llegaba a las pantorrillas, sobre un jubón sin mangas a manera de sambenito, de cuero colorado (José de Acosta: Historia natural y moral de las Indias, 1570). Sin embargo, Corominas, apoyándose en documentos del siglo XV, afirma que el sambenito era, en realidad, el escapulario de la orden de los benedictinos, que se colgaba al cuello de los condenados por la Inquisición. De modo que colgar el sambenito debe haber significado, en su origen, señalar a un culpable y no culpar a un inocente. --¡Ah, señor mío! --dijo a esta sazón la sobrina--; advierta vuestra merced que todo eso que dice de los caballeros andantes es fábula y mentira, y sus historias, ya que no las quemasen, merecían que a cada una se le echase un sambenito, o alguna señal en que fuese conocida por infame y por gastadora de las buenas costumbres (Quijote).
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