¿Ésta es una palabra española? No exactamente, pero algunas de sus acepciones actuales se remontan al siglo XV y, con mayor precisión, al reinado de Fernando de Aragón e Isabel de Castilla. Es verdad que bit es una voz inglesa que se infiltró en casi todas las lenguas, el español incluido, impulsada por la embestida tecnológica de las últimas décadas del siglo XX, cuando la computación se puso al alcance de una parte importante de la población mundial. Los franceses se atrincheraron con encomiable denuedo en la defensa de su idioma y acuñaron octet ‘octeto’ para denominar cada uno de los conjuntos de ocho elementos, unos y ceros, utilizados en la codificación binaria de las computadoras. Estos conjuntos de ocho elementos se llaman en inglés byte, y cada una de sus ocho partes es un bit. Sin embargo, lo que pocos saben es que el uso de la palabra bit para designar cada elemento de un conjunto de ocho proviene de una antigua moneda española de plata, el real*, creada por los Reyes Católicos en su reforma monetaria de 1497 para la España unificada. El peso se dividía en ocho reales (real de a ocho) y, si bien los pueblos angloparlantes rechazaron esta designación, la costumbre de dividir la moneda en ocho partes siguió ejerciendo su influencia: su moneda principal, primero la libra y hoy el dólar*, frecuentemente era llamada eight bits ‘ocho pedazos’ o, también, piece of eight ‘pieza de ocho’. Hasta hoy, en zonas rurales y pequeñas ciudades de los Estados Unidos, la moneda de veinticinco centavos (quarter) se llama two-bits ‘dos pedazos de ocho’, como recuerdo del viejo dólar inspirado en el ‘real de a ocho’. La explicación de que el uso del bit en informática proviene de binary digit fue adicionada, pues, varios siglos después de que el bit designara por primera vez a cada unidad de un conjunto de ocho.
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