Destrucción deliberada de instalaciones fabriles o de infraestructura estatal, causada como forma de lucha sindical o política contra el Estado, empresas privadas o fuerzas extranjeras de ocupación.
El vocablo se originó en 1910 durante una huelga de obreros ferroviarios franceses, que colocaron sus zuecos de madera (sabots) entre las vías para impedir el trabajo de los guardaagujas.
Años más tarde, la palabra francesa sabotage llegó a los Estados Unidos como denominación del trabajo a desgano adoptado por trabajadores que no podían hacer huelga porque tenían contratos temporarios.
Durante la Segunda Guerra Mundial, los partisanos que luchaban en la resistencia antinazi llamaron sabotaje a los atentados que practicaban contra fábricas, instalaciones militares e infraestructura vial, principalmente en la Unión Soviética.
Después de la guerra, el sabotaje fue uno de los métodos usados por insurgentes que enarbolaron banderas separatistas, anticoloniales o de liberación nacional.
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