La anatomía es la ciencia que estudia la forma y la estructura de los seres organizados. Su nombre proviene del griego, compuesto por el adverbio ana- ‘arriba’ y tomé ‘corte’, ‘incisión’, derivado, a su vez, del verbo témnein ‘cortar’; con ambas palabras se formó anatémnein, con el significado de ‘cortar de arriba abajo’ y también ‘disecar’ (en Aristóteles). El origen del verbo griego témnein se encuentra en el indoeuropeo tem- ‘cortar’, de donde también proceden voces como átomo, dicotomía, tonsura. Esta palabra aparece en latín como anatomia en trabajos del médico Celio Aureliano, que vivió en Numidia en el siglo V d. C., aunque otras versiones indican tres siglos antes. Celio Aureliano tradujo varias obras griegas de medicina y escribió De morbis acutis et cronicis (Sobre las enfermedades agudas y crónicas), que trata acerca de ‘preceptos de salud’ y de las patologías de las enfermedades internas. Témnein permanece en español también en el sufijo -tomía, con el significado de incisión quirúrgica, como en lobotomía o en laringotomía. Anatomía aparece por primera vez en nuestra lengua en 1325, con Juan Manuel, el príncipe escritor, sobrino de Alfonso X el Sabio; en francés, en el siglo XIV, como anatomie, y en inglés, en el siglo XVI, como anatomy. En 1611, Sebastián de Covarrubias la definió así:
Descarnadura y abertura que se haze de un cuerpo humano para considerar sus partes interiores y su compostura; cosa necessaríssima á los médicos y cirujanos, y assí en las universidades ay cátredas desta facultad y se executa algunas vezes en los cuerpos de los ajusticiados y otras en los que mueren en los hospitales y en algunas otras personas particulares.
El estudio de los cadáveres estaba prohibido por la Iglesia durante la Edad Media, y quienes osaban abrir un cuerpo podían ser acusados de brujería, por lo que el conocimiento del cuerpo humano se basaba en las enseñanzas de Aristóteles. Se cuenta que el médico flamenco Andreas Vesalius (1514-1564), considerado el padre de la anatomía moderna, comentó en cierta ocasión, probablemente con sorna, después de finalizar una disección: «Si Aristóteles no hubiera dicho que los nervios salen del corazón, creería que salen del cerebro, que es lo que acabo de ver».
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